Descubre esta construcción ecléctica de finales del siglo XIX que creo tendencia en el resto de España y en Europa
En la calle Miguel Servet 55, justo donde comienza el barrio de las Fuentes, a medio camino entre el centro de Zaragoza y el Palacio de Larrinaga, se localiza este Antiguo Matadero Municipal, una obra ecléctica, considerada una de las obras maestras de Ricardo Magdalena.
El recinto está rodeado por un cerramiento de verjas y tiene una puerta con forma de arco en piedra coronado por el escudo de la ciudad.
Al acceder al recinto te encontrarás con una gran plaza central, en la que se sitúa una fuente y alrededor de ella los tres grandes pabellones en los que se sacrificaban a los animales.
El Antiguo Matadero Municipal de Zaragoza, actualmente, es el Centro Cultural Salvador Allende, en su interior se aloja la Biblioteca Ricardo Magdalena y otros servicios municipales para los ciudadanos.
Merece la pena acceder al interior del recinto y darse una vuelta por las instalaciones, ya que conservan la mayoría de sus pabellones con su configuración inicial.
Por razones de higiene y abastecimiento los viejos macelos de la ciudad fueron sustituidos por un nuevo Matadero Municipal en 1885.
El proyecto, de Ricardo Magdalena, fue tan innovador y moderno que creó una nueva tipología, imitada tanto en España como en el extranjero.
Previamente a su inauguración sirvió de sede a la Exposición Aragonesa de 1885.
Cerrado como matadero en la década de 1970, el Ayuntamiento decidió su conservación y rehabilitación como centro cívico-cultural con diversos equipamientos ciudadanos.
Entre ellos destaca la biblioteca, que ocupa la nave lateral derecha, adaptada por Ricardo Usón, en 1990.
La ubicación del matadero propició el desarrollo de la ciudad en el entorno de la carretera del Bajo Aragón, abriéndose la primera línea de tranvías el mismo año 1885, que comunicaba el centro de la ciudad con el matadero y la estación de ferrocarril llamada de los Directos.
El edificio de esta estación se encuentra al final de la calle de Miguel Servet y fue construido para el ferrocarril que, vía Caspe, unía Zaragoza con Barcelona.
Al quedar en desuso, por entrar en servicio el enlace entre Miraflores y Campo Sepulcro, la estación se vendió, en 1901, al ferrocarril de vía estrecha Zaragoza-Utrillas, ya desaparecido.