No te pierdas la portada plateresca de esta iglesia renacentista que en su interior alberga una cripta con sarcófagos romanos
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Junto al Paseo Independencia, en la parte trasera del edificio neomudéjar de Correos se encuentra la fachada de la Iglesia de Santa Engracia.
Lo más bello de su exterior es la portada renacentista que se consiguió conservar del antiguo monasterio e integrar en el actual templo.
Merece la pena verla también con la iluminación nocturna, además al estar en un lugar tan céntrico, es muy probable que puedas pasar por allí cuando ya haya caído el sol.
El interior del recinto de la Iglesia de Santa Engracia se divide en 3 zonas bien diferenciadas:
Los orígenes de la Iglesia de Santa Engracia de Zaragoza se remontan a los siglos III – IV con una pequeña capilla cristiana de la que aún se conservan en la cripta dos sarcófagos paleocristianos esculpidos por los romanos en el siglo IV.
En el siglo XVI, bajo el reinado de Fernando el Católico se construyó el Real monasterio de Santa Engracia, un gran convento que abarcaba desde el templo que queda actualmente hasta el Paseo de la Constitución.
Durante los Sitios de Zaragoza, en el año 1808, el conjunto quedó gravemente deteriorado.
En el año 1836, finalmente se optó por derribar las ruinas que quedaban del antiguo monasterio, únicamente se pudieron conservar la portada del monasterio, que actualmente es la de la Basílica de Santa Engracia, y los dos sarcófagos paleocristianos.
En el siglo XIX, se llevó a cabo una profunda restauración de la zona, construyendo la actual Iglesia de Santa Engracia, de estilo renacentista e integrando en esta nueva obra la cripta con los sarcófagos y la portada que se pudo conservar.
El Papa Juan Pablo II, en el año 1991, elevó esta iglesia a basílica.