En los lugares y calles con más historia de Zaragoza, encontrarás unas placas con una breve explicación histórica de la zona, en ZaragozaGo podrás encontrarlas en el interior de las fichas de cada monumento.

 

Visita guiada historias y leyendas de Zaragoza
Descubre los 2000 años de historia que esconde la ciudad con este tour.

Más Información

¿Qué vas a encontrar en esta guía sobre la historia de Zaragoza?

Historia de Zaragoza

Placa Historia de Zaragoza: Arrabal

Los primeros vestigios humanos encontrados en la ciudad pertenecen a la prehistoria, concretamente al siglo VII a.C., hacia el final de la edad de Bronce y corresponden a unas cabañas de adobe que se situaban en la confluencia de los ríos Ebro y Huerva.

Desde el siglo III a.C. existió un asentamiento íbero que llegó a ocupar hasta 10 hectáreas.

Este poblado íbero acuñó su propia moneda y en esa época ya se ha documentado el fuerte viento que sopla en el valle, el cercius, actualmente conocido como cierzo.

Hacia el año 14 a.C., con la llegada de los romanos, se produce la fundación de la colonia inmune de Caesaraugusta, en honor al emperador Cesar Augusto, su fundador. Además, goza con el privilegio de ser una de las pocas ciudades romanas que en su nombre llevan el del emperador.

Caesaragusta, durante esta época vivió su primer esplendor, llegó a tener una población de 20.000 habitantes y un gran número de infraestructuras.

Estos son los restos romanos que aún se conservan y que podrás ver por las calles de Zaragoza:

  • 1 Teatro de Caesaraugusta: construido en el 50 d.C. fue uno de los más grandes de la Hispania romana, tenía un aforo para unos 6.000 espectadores y un tamaño de 7.000 metros cuadrados.
  • 2 Termas Públicas: datan del siglo I d.C. y se encuentran en los bajos de un edificio de la actual calle San Juan y San Pedro.
  • 3 Foro: normalmente, los foros romanos se situaban en el cruce de las calles principales, decumano y cardo, pero la importancia que tenia el río, hizo que su ubicación fuera justo al lado del puerto fluvial.
  • 4 Puerto Fluvial: durante el periodo romano, el río Ebro era navegable y Caesaraugusta tenía uno de los puerto fluviales más importantes de la Hispania romana.
  • 5 Restos de Murallas de Caesaraugusta: existen varios tramos, pero las mejor conservadas que se han descubierto están situadas al principio de la avenida César Augusto.

En el siglo III, el imperio romano entró en decadencia, hecho que se notó también en la ciudad y que estuvo presente hasta la invasión de los visigodos.

Teatro Romano de Caesaraugusta en Zaragoza

Teatro Romano de Caesaraugusta

Murallas romanas de Caesaraugusta

Murallas romanas

Gracias a las murallas que tenía Caesaraugusta, se logró que los visigodos no tomaran la ciudad hasta el año 472, momento en el que el conde Gauterico la conquistó en nombre del rey Eurico.

Desde ese momento, Caesaraugusta pasó a formar parte del reino visigodo de Tolosa bajo la denominación de Cesaracosta.

Durante esta época, Cesaracosta tuvo una importante inyección cultural, se empezaron a construir el monasterio de Santa Engracia, actualmente desaparecido tras los asedios que sufriría la ciudad mas adelante en 1808. La importante biblioteca que llegó a tener el convento, más adelante convertiría a Zaragoza en uno de los principales focos culturales de toda la peninsula iberica.

La población de Cesaracosta se mantuvo estable a la que tenía en la época de Cesaraugusta.

En el año 714, Cesaracosta es tomada por el ejercito musulmán, pasando a formar parte del Califato de Córdoba hasta principios del siglo XI, momento en el que cae el califato y se constituye la Taifa de Zaragoza; empezaban de nuevo 100 años de máximo esplendor para la nueva Saraqusta.

La Taifa de Saraqusta creció hasta el mediterráneo, era una zona importante y estrategica para el imperio musulmán, ya que era la taifa situada mas al norte del imperio.

En esta época, Zaragoza se convirtió en una de las principales ciudades comerciales del occidente de Europa y su población llegó a los 25.000 habitantes.

Además, la urbe también creció en extensión, se la dotó de nuevas puertas a su muralla, se construyó el torreón de la Zuda, torre del palacete edificado junto a las murallas romanas y que servía de sede para el gobierno local, pero sin duda, la obra más importante que dejaron los musulmanes fue el Palacio de la Aljaferia, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Palacio de la Aljafería de Zaragoza

Palacio de la Aljafería

Torreón de la Zuda y murallas de Caesaraugusta, Zaragoza

Torreón de la Zuda y murallas

En el año 1118, Saraqusta fue conquistada por el rey Alfonso I el Batallador, iniciándose una nueva etapa dorada para Çaragoça.

Los musulmanes reconvertidos que quedaron, fueron trasladados a la morería, un nuevo barrio fuera de los muros. Gracias a sus buenas dotes arquitectonicas, los mozarabes fueron encomendados para realizar obras civiles, uniendo las ideas cristianas con el saber hacer musulmán, cruce de culturas que dio lugar a un interesante tipo de arte, el mudéjar aragonés, caracterizado por el uso del ladrillo y ceramicas, y que más adelante sería declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Zaragoza pasó a ser la capital del Reino de Aragón y se mandó construir la Catedral de la Seo sobre la antigua mezquita, lugar que serviría para coronar a todos los reyes del reino.

Durante esta época, la Aljafería se convirtió en la residencia de los reyes de Aragón, y fue sometida a numerosas reformas y ampliaciones, pero sin duda, la más importante es la que mandaron realizar los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, que construyeron su palacio mudéjar sobre el musulmán como muestra de superioridad.

Muro mudéjar de la Catedral de la Seo de Zaragoza

Muro mudéjar de la Seo

Salón del trono del palacio de la Aljafería

Salón del trono del Palacio de la Aljafería

Como en otras ciudades españolas, el siglo XVI en Zaragoza fue un periodo de esplendor, se construyeron un gran número de palacios, iglesias y edificios públicos.

Además, Zaragoza se convirtió en una de las ciudades comerciales más importantes de Europa y se la consideraba como una de las más nobles y mejores urbes de España. Sus calles llenas de palacios impresionaban a los visitantes, se hablaba de Zaragoza la harta, por la gran cantidad de riquezas que tenía y se la llegó a conocer como la Florencia de occidente.

En esta época, la ciudad tenía 25.000 habitantes y se realizaron importantes construcciones en ella, una de las más significativas fue La Lonja, donde se llevarían a cabo actividades y relaciones económicas, y también se levantaron otros residenciales, como el Palacio de la Real Maestranza, el de Sástago o el de los Luna.

Palacio de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza

Palacio de la Real Maestranza de Caballería

Salón del trono del palacio de la Aljafería

Salón del trono del Palacio de la Aljafería

El siglo XVII fue una época dura para Zaragoza, las guerras, plagas y pestes se daban con frecuencia, haciendo que la época dorada que había vivido Zaragoza el siglo anterior se convirtiese en una época de decadencia.

En el año 1652, Zaragoza sufrió la peste más grave de su hitoria en la que murieron unas 6.000 personas, una cantidad que representaba casi un 25% de la población que tenia Zaragoza en aquel entonces.

Aun así, durante el siglo XVII la ciudad siguió avanzando y se construyeron un gran número de iglesias y monasterios, fue el nacimiento del barroco y este dejó su presencia en construcciones como la actual Basílica del Pilar, que en 1681 se iniciaron sus obras que no culminarian hasta 300 años más tarde, en 1961, con la construcción de la última torre.

Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza

Basílica del Pilar

Iglesia de San Carlos de Zaragoza

Iglesia de San Carlos

Los inicios del siglo XVIII estuvieron marcados por la Guerra de Sucesión Española, produciendose la batalla de Zaragoza.

La victoria de los borbones trajo como consecuencias la supresión de las instituciones publicas aragonesas y la abolición de los Fueros.

Durante este siglo, Zaragoza experimentó un fuerte aumento de la población, llegando a los 50.000 habitantes a finales de siglo, además, la ciudad tambien creció en extensión.

Durante este periodo se llevaron a cabo importantes infraestructuras, como el Canal Imperial de Aragón, una gran obra de ingeniería civil desde Tudela a Zaragoza, llevada a cabo para convertir una gran extensión de tierras secas en cultivables.

También se construyó la Real Casa de Misericordia, actual edificio Pignatelli, que sirvió para acoger a pobres; tanto este proyecto como el del Canal Imperial de Aragón fueron promovidos por Ramon Pignatelli, un político maño con gran influencia en toda España.

Goya, durante la segunda mitad del siglo XVIII vivio aquí su juventud, dejando su huella en la historia de Zaragoza, realizó pinturas para la Basílica del Pilar y para la Iglesia de la Cartuja del Aula Dei.

En el siglo XVIII también se llevaron a cabo la construcción de la Plaza de Toros y en 1799 se inauguró el Teatro Principal, en sustitución al anterior, el Corral de Comedias del Coso, que fue pasto de las llamas en 1738.

En 1792 se inauguraba la Puerta del Carmen, en sustitución de la antigua Puerta de Baltax, una de las 12 que tuvo la antigua muralla medieval y la única que ha llegado a nuestros días.

Plaza de Toros de Zaragoza

Plaza de Toros

Puerta del Carmen de Zaragoza

Puerta del Carmen

Los inicios del siglo XIX estuvieron marcados por los dos asedios que sufrió la ciudad en 1808 y 1809, durante la Guerra de la Independencia, entre los ejercitos del Primer Imperio Frances de Napoleón Bonaparte y las fuerzas españolas de los Borbones.

Durante el primer Sitio, en el verano de 1808, un gran numero de zaragozanos y zaragozanas defendieron la ciudad y ganaron, contra todo pronóstico, una batalla contra las fuertemente armadas y numerosas tropas francesas. En la zona de la Plaza del Portillo, Agustina de Aragón llevo a cabo su heroica hazaña, disparando un cañón contra las tropas francesas, repeliendo un ataque de estas y evitando la toma.

Los primeros Sitios de Zaragoza terminaron con una victoria de los maños sobre los franceses, que perdieron unos 4000 hombres frente a las 2000 bajas que tuvo el frente español.

Este hecho, convirtió a Zaragoza en el ejemplo de resistencia española.

Durante el invierno de 1809 se llevaron acabo los segundos Sitios de la ciudad. Las tropas francesas conocedoras de los problemas que habían tenido durante el verano en los primeros Sitios de Zaragoza, vinieron fuertemente armadas y bombardearon toda la ciudad.

Finalmente, el 20 de febrero de 1809, con una ciudad prácticamente derruida, con hambre y con enfermedades producidas por la guerra, la ciudad se rindió.

La conocida como la Florencia de Europa occidental había quedado en ruinas y la población de Zaragoza paso de los 55.000 habitantes que tenia a solo 12.000. La gran mayoría de bajas que sufrió la ciudad fueron enterradas en las afueras, junto al río Ebro, en la arboleda de Macanaz.

A lo largo del siglo XIX se llevó a cabo una profunda restructuración, se tiró gran parte del patrimonio que tenía la ciudad y que había quedado fuertemente dañado durante los asedios.

La prosperidad se inicio de nuevo a mediados del siglo XIX, con la llegada de la corriente industrializadora y permitió que Zaragoza sufriera una fuerte transformación urbanística. En 1861 se inauguraba la línea ferroviaria Zaragoza – Barcelona y la estación del Norte, situada en el barrio del Arrabal. Unos años más tarde, entraba en funcionamiento la línea Zaragoza – Madrid, con la estación de Campo Sepulcro, ubicada donde actualmente se encuentra la antigua estación del Portillo.

El siglo XIX acabó con una población recuperada, se pasó de los 12.000 habitantes que había trás los Sitios, a los más 100.000.

Además, este siglo trajo nuevas construcciones, como el Puente de Hierro, el antiguo Paraninfo de la Universidad de Zaragoza o el Matadero Municipal.

Antiguo Paraninfo de la Universidad de Zaragoza

Antiguo Paraninfo de la Universidad

Plaza central del recinto del Antiguo Matadero de Zaragoza

Antiguo Matadero de Zaragoza

Los inicios del siglo XX de la historia de Zaragoza estuvieron marcados por la celebración del Primer Centenario de los Sitios en 1908 y la Exposición hispano-francesa que se llevó a cabo ese mismo año en los terrenos de la actual Plaza de los Sitios de Zaragoza que sirvió para certificar la conciliación entre España y Francia.

Durante este siglo, se dibujaron gran parte de las avenidas y paseos más importantes, como el Paseo Sagasta, la ampliación del Paseo de Pamplona o el cubrimiento del río Huerva para dar lugar a la Gran Vía y al Paseo de la Constitución.

Además, se unieron a la ciudad muchos de sus barrios periféricos, como el de Torrero.

Durante este siglo, tuvo lugar también la Guerra Civil española y el franquismo, instalandose un gran número de pequeñas y medianas industrias en las afueras.

La vuelta a la democracia devolvió la autonomía a la región y comenzó otra transformación en la historia de Zaragoza, se comenzó a recuperar gran parte del patrimonio que se encontraba en un estado ruinoso. El Palacio de Sástago, como otros palacios, fueron convertidos en espacios públicos para ser utilizados con fines expositivos o gubernamentales.

Durante el siglo XX, la ciudad experimento una explosión demográfica, pasando de los casi 100.000 habitantes que tenía a finales del siglo XIX, a los mas de 600.000 a finales del siglo XX.

Plaza los Sitios

Plaza los Sitios

Actualmente, Zaragoza es la quinta ciudad española con una población que ronda los 700.000 habitantes, la llegada del AVE y la celebración de la Exposición Internacional de 2008 que se realizó en la ribera del Ebro dieron un impulso a la ciudad, convirtiéndola en un referente en la organización de eventos y congresos, y transformandola arquitectonicamente, se recuperaron las orillas del Ebro permitiendo que la ciudad ya no vivierá de espaldas a su río.

Además, pese a las calamidades sufridas por la ciudad, se ha conseguido conservar un gran número de patrimonio único, y que ha sido merecedor en alguno de ellos del titulo de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.

El nuevo siglo, ha dejado importantes y modernas construcciones, como el recinto de la Expo con sus edificios, como la Torre del Agua, el Pabellón Puente y el nuevo gran espacio verde de la ciudad, el Parque del Agua.

Recinto Expo 2008

Recinto Expo 2008